Ética civil / Ruelas
Aguascalientes, Junio 07 (2022).- El domingo 5 de junio en la Jornada Electoral, en los trabajos del Consejo Local del Instituto Nacional Electoral, pronuncié estas reflexiones con motivo de la elección histórica de cinco mujeres, en una boleta inédita en América Latina. Así lo dije:
“La vida compartida virtuosa es el eje que da sentido a la política. Los pilares sobre los que descansa la moral democrática son las decisiones en singular y en plural, alma de la voluntad popular. La finalidad de la convivencia cívica son las virtudes que sostienen los compromisos. Medios y fines son coincidentes, cualquier ruptura la aleja de su común denominador: el equilibrio y la prudencia del poder en todos sus sentidos.
La buena política produce buenos gobiernos, impulsan una vida compartida al amparo de crecimiento, responsabilidad, solidaridad, justicia; los buenos gobiernos emanan de las entidades de interés público. Los valores de buenos partidos son impulsos de comportamientos exigentes, pero virtuosos.
La moral democrática es crisol de la ética ciudadana, nutre a los partidos políticos, cohesiona militantes con carácter, es decir, forma políticos buenos, inteligentes, coherentes, lúcidos… Con ello se empodera la democracia ética, cuyos alcances son desarrollar conciencia de los límites.
La ética y la política son un matrimonio perfecto, sin embargo, no es razón suficiente para que se tengan descendientes ético-políticos. Demanda, prácticas buenas y hábitos deseables, cultura, mucha cultura, educación y enseñanza, valores y virtudes. La ética es a la política lo que el deporte a la salud empero no basta. El deporte es benéfico y saludable, posibilita condición física, oxigena el cerebro… En política, eso son las campañas para disputar el poder público; las políticas públicas acertadas y pertinentes, cuando se trata de gobernar. El deporte no solo hace buena presentación humana, sino que permite disfrutar la vida con plenitud. Nadie puede transitar escarpados vericuetos de la realidad sin una mínima condición física y mental. Un político no puede intentar un maratón de gobierno sin estar preparado.
La política, es comunicación, solicita un mensaje eficaz, demanda compartir significados a 360 grados, frases adecuadas, discurso corporal ideal, pensar con sentido crítico y ser disruptivo en la creación de planes y programas que consoliden políticas públicas con inteligencia en las necesidades y emociones populares. El cuidado de los placeres y de los dolores, en política, es la ética: una política limpia, no contaminada, sana, libre de demagogia, de corrupción, de trampa, de formas deshonestas.
Este domingo, iniciamos una colosal carrera de resistencia y obstáculos que no debemos confundir con velocidad. En ellas, en las mujeres que están en la boleta, está nuestro anhelo al transitar el sustantivo a verbo en aliciente del porvenir.
Nuestra democracia es producto del diálogo, transitó en acuerdos que fincaron reglas del juego, se realizó por etapas, ha merecido el reconocimiento de la comunidad democrática mundial. Este esfuerzo dialógico sustituyó un modelo político monocolor, por formas democráticas plurales, diversas. En la política hay un latido permanente de disputar el poder público.
La sociedad civil, en Aguascalientes, se manifiesta con un pensamiento político y cívico renovador. El tema central es la demanda de nuevas y vigorosas formas de relaciones entre los individuos, las instituciones de la sociedad civil y el Estado. Ello hace evidente la demanda de una nueva ética cordial.
No podemos compartir la vida sin ética, la esperanza es que el carácter nos permita rescatar el sentido de la instancia crítica y orientadora, la ética cobra relieve especial en la vida social por una simple razón, demanda orientación de carácter, efecto y causa de la ética, las disputas por el poder dan rumbo a la democratización, ello introduce una vivencia de la ética.
La gran lección de esta elección será mantener la conciencia ética como salvaguardia del electorado, de los grupos sociales, de las entidades de interés público frente al entramado institucional. La ética civil abanderada por las y los aguascalentenses la compone un sustantivo y un adjetivo, un carácter que trasciende el civismo.
Éste es el contenido nuclear de la educación cívica; es también uno de los soportes y una de las redundancias de la ética. Pero es inadecuado confundir ética y civismo, la primera se refiere a los valores y al mundo de las virtudes; el segundo, alude a la conciencia ciudadana y los usos convencionales. Es una instancia normativa superior en rango de apelación y en valía de valoración. El adjetivo civil es la instancia moral de la vida civil y la manera adecuada de compartirla. La ética civil dimensiona la vida humana, su repercusión en la convivencia social.”
Una jornada cívica, una sociedad comprometida, una ética civil en los ambientes del pueblo generoso, laborioso, productor de cultura y desarrollo.